La revolución de la tecnología inalámbrica que ha seguido a la explosión del WiFi, ha contagiado ya los más importantes sectores socio-económicos. Ya no se trata sólo del acceso a Internet y del hogar digital; hablamos ya de la transformación y/o mejora radical de procesos productivos en base a proyectos que se apoyan en tecnologías como ZigBee o UWB y su irrupción en las redes inalámbricas "personales", en el ámbito doméstico de la electrónica de consumo e incluso en el entorno industrial de producción. Hablamos de WiMax que, probablemente ampliado con MobileFi, complementando a WiFi constituya, al menos apriori, la amenaza más seria para el escenario 3G que se dibujaba en la propuesta de IMT2000. Hablamos, en definitiva, de una realidad en que, cada vez más, la comunicación predominante tiende a ser simétrica (al menos potencialmente) y se establece entre máquinas (entendido el concepto en sentido amplio: sensores, dispositivos, servidores, agentes, objetos...) "cosificando" - o materializando - de alguna manera, la esencia social de la Internet actual; o humanizando quizás el primigéneo sustrato tecnológico que aún la soporta... En este especial de Business Week podéis leer un poco más sobre el tema
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