sábado, abril 16, 2005

El hombre que observaba desde el cielo

Y no hablo de Dios, malpensad@s. Este es el título de un pequeño extracto, que una amiga nos pasó impreso en papel a unos cuantos colegas cuando asistíamos a su fiesta de cumpleaños. El extracto contiene las que parecen ser las cinco ideas clave que definen la filosofía humanista de Antoine De Saint-Exupéry, un escritor y aviador francés, que vivió entre 1900 y 1944 y que es universalmente conocido por El Principito, una fábula infantil para adultos que escribió en 1943. Reproduzco a continuación esas cinco ideas, para que penséis sobre ellas.

1. BUSCARSE A SÍ MISMO. Para Saint-Exupéry, la búsqueda de lo absoluto es lo que da sentido a nuestra lucha diaria. En sus obras, escribe impulsado por su afán de indagar en lo más profundo de nuestro día a día, lo que nos ayudará a encontrarnos a nosotros mismos. "Es mucho más difícil juzgarse a sí mismo que a los demás. Si logras juzgarte bien a ti mismo, eres un verdadero sabio". Para el autor francés, nadie tiene derecho a pedir a los demás algo que no haya logrado él por sí mismo.

2. APRECIAR LO BÁSICO. "Si al franquear una montaña en la dirección de una estrella, el viajero se deja absorber demasiado por los problemas de la escalada, se arriesga a olvidar cuál es la estrella que lo guía", dice el escritor, para quien en demasiadas ocasiones nos cegamos con las cosas más superficiales y olvidamos lo básico. Como vía de superación, el escritor invita a ir al desierto, donde pasar privaciones nos hará valorar las cosas más sencillas, como un sorbo de agua.

3. OPTAR POR EL ESFUERZO. Saint-Exupéry nos propone convertirnos en héroes de nuestras propias vidas, porque el hombre "sólo existe en la medida en que se realiza". Para ello, tenemos que apostar por el esfuerzo frente a la comodidad y por el riesgo frente a la estabilidad. La acción serena al hombre, da sentido a nuestras vidas y ayuda a crecer interiormente. "El mundo entero se aparta cuando ve pasar a un hombre que sabe a dónde va", dice, porque al actuar nos convertimos en seres humanos.

4. SERVIR A LOS DEMÁS. El valor de una vida no está en los bienes materiales, que son efímeros, sino en el afecto. "No me gustan los que tienen un corazón sedentario. Aquellos que no cambian nada no llegan a nada", dice. Según él, la existencia sólo tiene sentido si nos ponemos al servicio de los demás. El autor muestra así su confianza en el hombre, al que considera generoso y solidario por naturaleza. "No podemos esperar nada de nosotros mismos, pero sí de la colaboración de unos y otros", sentencia.

5. APOSTAR POR LA AMISTAD. Para Saint-Exupéry estar al servicio del prójimo es uno de los pilares del humanismo, pero el autor da un paso más y nos invita a potenciar el amor y la amistad como fuente de vida. Como el zorro de "El Principito", símbolo de la amistad, sus referencias a estos dos conceptos son constantes en todas sus obras literarias. "El amor es lo único que crece cuando se reparte", opina. Para él, "amar no es mirarse el uno al otro; es mirar juntos en la misma dirección".

No he perdido el juicio; además ¿De qué tenéis miedo? ¿De vosotr@s mism@s?

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