En el año en que una gran mayoría de analistas de mercado coinciden en que veremos la gran explosión del WiFi como tecnología inalámbrica de acceso, con un futuro basado en su complementariedad con los sistemas móviles 3G, aparece China intentando hacer efectivo su poder como potencia económica de facto. De pronto, los fabricantes y proveedores de servicio con ambiciones de globalidad, ven como el que será sin duda el mercado a conquistar en el siglo XXI, se muestra un poco más esquivo. La decisión del gobierno chino de sacar adelante su propio estándar inalámbrico para autenticación, WAPI, establece claras barreras de entrada para los productos WiFi que vengan del exterior, y los fabricantes norteamericanos ven como se aproxima la fecha de 1 de junio en que finaliza el periodo de prórroga para la entrada en vigor plena de los mandatos de la agencia china de estandarización, sin que la administración tome medidas al respecto.
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