Soy minero...

Todos recordaréis la fanfarria que acompañaba aquellas presentaciones, en formato pepete corporativo, de los megaconsultores de la década maravillosa, acerca de la minería de datos y la inteligencia de negocio... Pues bien, tal como el groupware mudó en colaboración, la minería de datos evoluciona hacia la minería de "realidad", un cambio de paradigma que acompaña el acuñamiento de conceptos nacidos en los papeles de los analistas, como la empresa en tiempo real (RTE por sus siglas anglosajonas).

Es un concepto que intenta reflejar esa evolución de las herramientas de productividad, que tienden a ofrecer al empleado el acceso a una plataforma tecnológica, que dé cobertura a una tipología de relaciones cada vez más rica y variada, online y offline, sincrónica y asincrónica, interpersonal e intergrupal... Una evolución que va pareja a los nuevos desarrollos en inteligencia artificial y web semántica que han influenciado las tecnologías de búsqueda.

Un nuevo horizonte para la gestión del conocimiento tácito, informal, difícil de codificar y estructurar que se intercambia a diario mediante correo electrónico, mensajería instantánea, conferencias telefónicas o de vídeo, etc. Es sin duda, un ejercicio de positivismo, poco coherente, a priori, con mi habitual actitud nihilista...