martes, abril 27, 2004

AmI

Al final, era cierto: vale todo. Hasta el punto que hemos tenido que soportar una charla de L. Rojas Marcos, Ex-Presidente de la Corporación de Sanidad y Hospitales Públicos de Nueva York; o incluso un ingeniero de diseño de Maserati, el mítico fabricante de Modena; para pasar luego a la apasionada intervención de una representante del MTAS-CEAPAT-IMSERSO acerca de los conceptos de accesibilidad y diseño universal en las TIC. Más sangrante, al menos desde la postura del tecnólogo resentido que suscribe, puede resultar ver al decano del COIT, en su papel de director de EFE... La excusa de la visión interdisciplinar no vale para justificar este suplicio... aunque sea seguido por un coctel francamente competente.

Tras un par de días de conferencias, da la impresión de que el sector ha acogido el concepto de AmI, como quien acude a una presentación de un nuevo mensaje de marketing: cada cual intenta colocar sus desarrollos y proyectos baja un prisma común que le ayude a llegar al mercado. No parece que el mundo empresarial se quiera implicar en el desarrollo del AmI como nuevo paradigma en el escenario de las comunicaciones, más allá de la tercera generación (B3G, por Beyond-3G). Volvemos a ver las presentaciones de diez años atrás cuando todos los analistas vaticinaban la importancia del tráfico de datos para las operadoras y jugaban con pronósticos de crecimientos nunca vistos en el ARPU (Average Revenue Per User); vuelve también el discurso de la importancia del desarrollo de nuevos servicios y las discusiones acerca del dispositivo de acceso ideal...

La operadora - Vodafone en este caso - entona el discurso autocomplaciente del trabajo bien hecho, al poner a disposición del usuario la tan esperada tercera generación de comunicaciones móviles (UMTS/HSDPA). E incluso, adoptando como principio en sus presentaciones de marketing y estrategia comercial la innovación, se quedan en la expansión trivial en base a la invasión de los negocios tradicionales de los proveedores de contenidos... ¿Dónde están esos "nuevos" servicios?

Cuestiones básicas quedan sin respuesta. Si de verdad hemos entendido el concepto, la idea de un usuario final de los servicios de la Sociedad de la Información, que se desarrolla como persona en un contexto, que cambia continuamente y que está determinado por un ambiente plagado de dispositivos capaces de albergar una inteligencia cada vez mayor... qué vamos a hacer para recoger, transmitir, almacenar y, sobre todo, explotar toda la información que se va a generar en esa interacción constante entre el usuario y el ambiente (que también puede incluir otros usuarios). Qué ocurre con los sistemas de presencia avanzados y el necesario acceso a información de ámbito privado y personal, básica para su enriquecimiento: si la información de ubicación geográfica ya es delicada, qué pasará con la información relacionada con el estado de salud o emocional del usuario.

Crece la cantidad de información y la sensibilidad de la misma, lo cual lleva a una mayor presión para la protección de los sistemas de almacenamiento y transmisión; a la vez que empuja en la dirección de la integración de la seguridad como una característica propia de la infraestructura de comunicaciones.

¿Quién va a ser el cliente? ¿Será el ciudadano, como usuario final de los servicios, o estamos hablando, en el caso, por ejemplo, del M-Health de la inclusión de las Administraciones Públicas en la cadena de valor como "proveedor" que ofrece un servicio de confianza? ¿O acaso eso empeoraría el escenario? Porque, aunque incluso se plantea como una visión que permitirá una aproximación al usuario final de manera no intrusiva, la naturaleza de los servicios propuestos resulta siempre "invasiva", al menos en términos de acceso a un tipo de información considerada hoy como extremadamente sensible.

Seguro que en cuanto se me pase el "puntito" del "vino español" podré reflexionar sobre el tema con un poco más de claridad...

Aunque no quiero cerrar esta intervención sin hacerme eco de una iniciativa pionera que se lleva a cabo desde la ETSIT-UPM: la participación por primera vez de una Universidad no americana en el Solar Decathlon 2005. Creo que estos son el tipo de proyectos en los que vale la pena arrimar el hombro; de manera, que si alguien interasado en el tema lee ésto, ya sabe donde debe dirigirse.

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