Toda la elaboración de esta serie dedicada a la blogotesis gira en torno a la educación superior y la capacitación profesional. Leía hace poco en uno de los sitios web dedicados al proyecto editorial de José Antonio Marina -La Universidad de Padres-, que el mismo se apoyaba en un teoría de la inteligencia elaborada por el conocido filósofo, desde la "neurociencia" hasta la "ética".
Lejos de la falsa humildad que siempre me ha resultado ajena -y seguro de construir sobre los hombros de verdaderos titanes-, mi intención en esta blogotesis -ejemplo ponderado de investigación abierta a lo largo ya de más de un lustro-, es completar el camino entre información, conocimiento y acción, entre "técnica" e "intervención".
No elijo los términos al azar. Hablo de una técnica -en el sentido de Ortega- que, en lo que se refiere a los medios sociales para la información, la relación y la comunicación, está limitada a una "subcultura-uso" de las infotecnologías; y de una intervención que, en la mayoría de los casos, termina en simple implementación instrumental. Olvidamos en el primero de los casos la complejidad sistémica que en mi aproximación se incluye en las propias herramientas conceptuales que forman parte del marco tecnocultural del que parto; y en el segundo, pasamos por alto la propia complejidad antropotécnica que supone la integración de aquellos instrumentos en una serie de acciones (en una actividad) tecnológicamente mediada que, de hecho, condiciona la construcción de ese marco tecnocultural, cerrando un ciclo y justificando -grosso modo-, la creación de una sociotecnología de la información y cultura (STIC).
Lo que llama la atención en una primera aproximación, a la hora de documentar este trabajo, es la irresoluble separación entre técnica e intervención; y no me refiero solo a la "simple" distancia semántica, no. En pocas palabras, el problema que tenemos (léase la situación de complejidad a la que nos enfrentamos) consiste en la disociación de los despliegues tecnológicos (instrumentales) y las implementaciones técnicas con respecto a las intervenciones psico-pedagógicas en el ámbito educativo.
Mi tesis es que la completitud sistémica del modelo OITP puede, de hecho, acercar ambas posiciones manteniendo la coherencia del marco conceptual -tecnocultural-, que pretendo introducir en este tipo de intervenciones. Este modelo servía, en la experiencia de reingeniería educativa llevada a cabo en el curso INTL 2.0 -cuyo legado webográfico se ha visto recientemente cercenado por la característica discontinuidad del NET donde nacía hace ya más de un lustro-, para estructurar los roles de los participantes y definir el objeto de aquella acción; si bien ahora me sirve aquí para explicitar de forma concisa las diferentes dimensiones que debe comprender una de esas intervenciones.
Enfrentados a una situación de complejidad definida en el ámbito educativo, la adopción del modelo OITP nos ayudará en la propia definición de tal situación a través del desarrollo de esas cuatro dimensiones particulares del mismo: de la misma manera que no podemos pensar en la introducción de un determinado instrumental técnico en una determinada organización (educativa) sin contar con las características organizativas que definen los procesos de gestión de la tecnología en ella, tampoco podemos hacerlo sin considerar y evaluar los efectos de su introducción en los actores involucrados y en la relación de los mismos con la organización de la que forman parte.
Enfrentados a una situación de complejidad definida en el ámbito educativo, la adopción del modelo OITP nos ayudará en la propia definición de tal situación a través del desarrollo de esas cuatro dimensiones particulares del mismo: de la misma manera que no podemos pensar en la introducción de un determinado instrumental técnico en una determinada organización (educativa) sin contar con las características organizativas que definen los procesos de gestión de la tecnología en ella, tampoco podemos hacerlo sin considerar y evaluar los efectos de su introducción en los actores involucrados y en la relación de los mismos con la organización de la que forman parte.
Lo que pretendo con esto es señalar, una vez más, el deficiente diseño de aquellas intervenciones, basadas, como están, en la simple (y simplista) correspondencia entre modelos educativos con renovada pujanza y "nuevos" instrumentos técnicos. En términos de este modelo, la construcción acrítica de nuestra sociedad de la información nos ha llevado a definir acciones en un plano OIT en el que prácticamente no hacemos otra cosa que orientar la componente T(ecnológica) en función de un P(roceso) educativo que modelamos a conveniencia, cuando de lo que se trata es de construir alrededor de un P(roceso) de aprendizaje que hemos estudiado con fruición desde la neurociencia, diseñando nuestras intervenciones sobre los I(ndividuos) que han de construir esa sociedad aspiracional de la información y del conocimiento.

No hay comentarios:
Publicar un comentario