Subcultura y uso

En el primer número de la revista TELOS, publicado en enero de 1985, aparecía el artículo "Cinco subculturas informáticas", en el que Fernando Sáez Vacas describía, con naturaleza de modelo, la formalización cualitativa de una observación sistémica que ya presentara casi una década antes de manera descriptiva. Citando al autor:

"Nuestra taxonomía establece que el sistema cultural informático consta de cinco subsistemas. Con visión zoológica, podría también hablarse de territorios, en lugar de subculturas, aunque sean individuos humanos los protagonistas. Cinco subculturas que generan sublenguajes y comportamientos distintos y peculiares, con canales específicos de comunicación y formación. Cinco territorios, con conflictos de poderes".

Esa taxonomía, aun sin cuantificar, consta de los siguientes elementos: "a) Informática ciencia; b) Informática industria; c) Informática negocio; d) Informática uso; e) Informática mito".

El mismo autor hablaba en 2011 de una Informática o "Infotecnología uso", como un "área tecnocientífica orientada a la socioinfotecnocultura", dentro de un esfuerzo de construcción de un marco consistente y coherente de una SocioTecnología de la Información y Cultura (STIC). Este enfoque, del que parte este trabajo, cuyas piezas van tomando forma de blogotesis, se basa en "el empleo de dos factores básicos: a) conceptos y modelos de Complejidad y Sistemismo; y b) la Interdisciplinariedad".

Si pensamos en términos ecológicos -sin pretender desarrollar aquí una ecología del conocimiento rigurosa-, podemos identificar aquellos elementos como cinco nichos ecológicos conectados a diferentes niveles: hablo de un nicho tecnocientífico, otro económico-industrial, el económico-empresarial, el tecnosocial (sociotécnico) propiamente dicho y el tecnocultural; e instalados en esa "charca" -por darle una representación familiar a los biotopos correspondientes-, de la "Infotecnología Uso" (ITU), podríamos pensar en proyectar su desarrollo evolutivo al menos en tres dimensiones, como son las de ubicuidad -no solo en tanto que mito, sino también en tanto que artefacto sociotécnico-, usabilidad (convivencialidad) y utilidad (instrumental y económico-empresarial).

La tesis que se pretende contrastar aquí es la necesaria reconstrucción de los modelos educativos utilizados en los ámbitos  de la educación superior y la capacitación profesional, desde la óptica de la teoría de la actividad, mediante la integración del circuito cognitivo personal a un nivel elemental de complejidad, lo cual deberá tener un impacto claro a nivel de diseño.

Eso nos llevará a un eventual desarrollo ulterior de esa "ecología cognitiva", ecología de la mente o ecología del conocimiento para algunos; lo cual implicará directamente un necesario desarrollo interdisciplinar.